Los trastornos de la conducta alimentaria representan un grave problema sociosanitario como consecuencia de su gravedad y complejidad. La prevalencia de este tipo de trastornos se produce en gran medida durante la etapa de la adolescencia, considerándose, así como la tercera enfermedad crónica más frecuente tras la obesidad y el asma en la población adolescente. Desde enfermería, los niveles de intervención se comprenden desde Atención Primaria hasta Atención Especializada. La prevención de estos trastornos también se lleva a cabo en los centros educativos de enseñanza secundaria, con la finalidad de poder prevenir su desarrollo. Actualmente, la prevención que se lleva a cabo desde colegios e institutos se ha convertido en un aspecto clave a destacar, puesto que se han observado múltiples beneficios y resultados favorables. Resulta de vital importancia el desarrollo de este tipo de programas, los cuales puedan dar sentido a la prevención de estos trastornos y a la intervención enfermera como profesionales en la promoción de la salud de los individuos, tratándose en este caso de la población adolescente. La finalidad de este proyecto es la disminución del riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria, por lo que para conseguir dicho objetivo se brindan las suficientes herramientas para promover hábitos y conductas, las cuales favorezcan el desarrollo de comportamientos y actitudes que resulten favorables para la salud de los individuos.
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