Debe ser inherente a la tarea educativa, fomentar en los y las más jóvenes los valores de convivencia pacífica, solidaridad, coherencia social, colaboración, empatía, etc. en definitiva, educarles para la paz, todo ello encaminado hacia el logro de un futuro más libre, justo, responsable y solidario para lo que podríamos empezar en promover el rechazo de la violencia como método de resolución de los conflictos, ya que, tradicionalmente, no se nos ha formado para enfrentarnos a los conflictos de manera pacífica, y por tanto, nos faltan herramientas y recursos para afrontarlos, es por ello que en ocasiones adoptamos respuestas violentas. Lo que se pretende en este trabajo es visibilizar un problema existente y en auge, desde la prevención y la concienciación de todos los agentes que participan, dotándoles de una “caja de herramientas” que les permita poder enfrentarse a una situación tan difícil como es el acoso escolar. El objetivo es despertar el compromiso de intentar acabar con este tipo de conductas que se producen dentro y fuera de nuestros centros educativos, y con la firme convicción que “nuestra indiferencia nos hace cómplices”
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