Botox in the Dental Clinic? Possible Therapeutic Applications of the Botulism Toxin in Dental Conditions

Abstract

Botulinum toxin or Botox is a polypeptide protoxin extracted from the bacteria clostridium botulinum. It inhibits the release of acetylcholine at the neuromuscular junction, resulting in localized reduction of the muscle activity and glandular secretion. While Botox is widely known as a cosmetic therapy to treat wrinkles, it is used in medicine since 1987 to treat various pathologies including strabismus and blepharospasm. Nowadays, many dentists are using it to manage many muscle-related dental disorders and as an alternative to surgery for perioral esthetic enhancement such as high lip-line. This study is a literature review regarding the therapeutic applications of Botox in the dental clinic. Objectives: The main objective was to determine the effectiveness of the therapeutic applications of Botox in dentistry, understanding its mechanism of action, its benefits and limits. Materials & methods: Studies were searched in PubMed and Google using the following words: Botox / Botulinum toxin / dentistry / Maxillofacial / therapy / therapeutic applications / non cosmetic / head and neck. Only articles from scientific literature, published in the last 10 years, were selected. Articles were entered into Mendeley which advised similar articles, some of which have been included in the study. The focus of this study has been based on a selection restricted to the diseases treated with Botox with the more scientific evidence in the literature and that are the more relevant for dentistry. This selection includes diseases such as Bruxism, TMJ disorders, neuropathic pains, salivary glands disorders. Results: Botox has been approved by the FDA as a treatment for chronic migraine and sialorrhea. Significant scientific evidences have been found on the efficiency of Botox to manage bruxism, TMJ disorders, trigeminal neuralgia and Frey syndrome. However, further research is still required to confirm the effectiveness of Botox in certain conditions and to certify its benefits in interdisciplinary dental treatments.

La toxina botulínica o Botox es una protoxina polipeptídica extraída de la bacteria clostridium botulinum. Inhibe la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, lo que causa una reducción localizada de la actividad muscular y la secreción glandular. Si bien el Botox es ampliamente conocido como una terapia cosmética para tratar las arrugas, se usa en medicina desde 1987 para tratar diversas patologías como el estrabismo y el blefaroespasmo. Hoy en día, muchos dentistas lo utilizan para tratar muchos trastornos dentales relacionados con los músculos y como una alternativa a la cirugía para mejorar la estética perioral, como la línea de labios alta. Este estudio es una revisión de la literatura sobre las aplicaciones terapéuticas del Botox en la clínica dental. Objetivos: El objetivo principal fue determinar la efectividad de las aplicaciones terapéuticas del Botox en odontología, entendiendo su mecanismo de acción, sus beneficios y límites. Materiales y métodos: Los estudios se buscaron en las bases de datos siguientes: PubMed y Google utilizando las siguientes palabras: Botox / Toxina botulínica / odontología / Maxilofacial / terapia / aplicaciones terapéuticas / no cosmético / cabeza y cuello. Solo se seleccionaron artículos de la literatura científica, publicados en los últimos 10 años. Se ingresaron artículos en Mendeley que aconsejaban artículos similares, algunos de los cuales se han incluido en el estudio. El enfoque de este estudio se ha basado en una selección restringida a las enfermedades tratadas con Botox con mayor evidencia científica en la literatura y que son las más relevantes para la odontología. Esta selección incluye enfermedades como bruxismo, trastornos de la ATM, dolores neuropáticos, trastornos de las glándulas salivales. Resultados: El Botox ha sido aprobado por la FDA como tratamiento para la migraña crónica y la sialorrea. Se han encontrado evidencias científicas significativas sobre la eficacia del Botox para controlar el bruxismo, los trastornos de la ATM, la neuralgia del trigémino y el síndrome de Frey. Sin embargo, aún se requieren más investigaciones para confirmar la efectividad del Botox en ciertas condiciones y para certificar sus beneficios en tratamientos dentales interdisciplinarios.