Cada 40 segundos se suicida una persona en alguna parte del mundo; y por cada suicidio se estima que tengan lugar 20 tentativas más. Entre los 15 y los 29 años, el suicidio supone la segunda causa de muerte. Se trata de muertes prevenibles, que requieren un abordaje integrador y multisectorial que no involucre solo a las naciones o a la sanidad, sino también a la justicia, al empleo, al bienestar social o a la educación. Esta propuesta tiene por objeto romper el estigma y fomentar la inteligencia emocional, potenciando así los factores protectores en uno de los grupos más vulnerables: las y los adolescentes. Se diseñó un programa de prevención del suicidio, transversal a la unidad didáctica del Sistema Nervioso en la asignatura de Biología, fundamentado en el aprendizaje cooperativo, el trabajo en las múltiples inteligencias de Gardner, el aula invertida y la educación emocional; y se implantó en un grupo de 3.º de la ESO en la Comunidad de Madrid. Los resultados recogidos mediante el registro anecdótico y la medida de los parámetros implicados en la inteligencia emocional, así como la valoración de la percepción del propio alumnado frente a la de otros grupos control revelaron los beneficios del proyecto, especialmente para las alumnas. Esta propuesta didáctica innovadora constituye un encuentro preliminar con la prevención del suicidio desde el currículo de la educación secundaria. El análisis de sus debilidades y sus fortalezas pretende proporcionar herramientas útiles encaminadas a reducir la incidencia relativa del suicidio adolescente.
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