La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que afecta a nuestro metabolismo y hoy en día la padecen muchas personas, con una prevalencia que oscila entre 0,8 y 4,6/1.000 habitantes, siendo el grupo con más incidencia de 10-15 años. Sabemos que un mal control de la glucosa en estos pacientes puede causar daños en los órganos principales pudiendo producir futuras complicaciones crónicas que van a poner en serio riesgo a las personas. En su tratamiento va a ser indispensable la inyección diaria de la insulina para evitar los aumentos excesivos de glucosa en sangre (hiperglucemias). Además una época de cambio como lo es la adolescencia va a dificultar el control de la enfermedad ya que es una etapa en la que hay una gran liberación de hormonas va a afectar directamente sobre el control glucémico. Para evitar que se produzca un mal control, no sólo va a valer con el uso de la insulina, sino que van a tener que llevar una dieta controlada y equilibrada y la práctica deportiva.
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